«A mi modo de ver, la educación debería ser democrática en un sentido, y no debería serlo en otro. Debería ser democrática en su accesibilidad —sin distinción alguna de sexo, color, raza o religión—, para todos los que puedan —y quieran— aceptarla diligentemente. Pero una vez que los jóvenes están dentro de la escuela no se debe hacer ningún intento para establecer un igualitarismo fáctico entre los holgazanes y torpes de un lado, y los inteligentes e industriosos del otro. Una nación moderna necesita una clase muy numerosa de gente genuinamente educada, y formarla es la función básica de escuelas y universidades. Bajar el nivel o enmascarar las desigualdades es fatal».
C. S. Lewis. En el Prefacio a El diablo propone un brindis (Screwtape proposes a toast and other pieces). Madrid: Rialp, 2002, 4ª impr.; 152 p.; col. literaria; prólogo de Walter Hooper; trad. de José Luis del Barco; ISBN: 84-321-2935-6.