Adam Zagajewski: «Leyendo a los escritores contemporáneos, amargos e irónicos, me hago esta pregunta: ¿por qué tenemos que volver de nuevo a Nietzsche? Porque parece que no cabe duda de que ellos proceden de Nietzsche, los fascinó ese gran estilista, ese grande, magnífico saboteador. Y me hago también esta pregunta: qué hay al otro lado, más allá de la inquietud, más allá de la tristeza, inspirada e irónica. Porque, después de todo, no se trata —sólo un niño podría razonar de esta manera— de que, a un lado, se encuentren esos profundos, guasones y agudos genios, y, al otro, exclusivamente la rutina, la mediocridad, la cotidianidad, trajes grises, poetas poco interesantes, el tedio de la ortodoxia y el parlamento, el tedio de los pintores académicos, pastores de voz profesionalmente impostada, la Iglesia, los organismos oficiales, los bancos, los consorcios internacionales y, pagados por ellos, obedientes profesores que cantan la virtud, la familia y la libreta de ahorro. No, esta ecuación es mucho más complicada.
Al otro lado hay quizá también desesperación, tanta que busca el fuego, la claridad, la afirmación, que busca la expresión, y no la encuentra, o sólo con el mayor de los esfuerzos. ¡Pero es que no se trata aquí de un concurso de oratoria!».
Adam Zagajewski. En la belleza ajena (W cudzym pięknie, 2000). Valencia: Pre-Textos, 2003; 248 pp.; col. Narrativa contemporánea; trad. de Angel Enrique Díaz-Pintado Hilario; ISBN: 84-8191-568-8.