He leído C. S. Lewis. Apologista y místico, el texto de una conferencia de James S. Custinger sobre si C. S. Lewis era o no un místico, si «sabía» o «no sabía», algo así como si tenía o no un conocimiento directo de lo divino. Sigo bien los razonamientos del autor pero no acabo de pillar del todo el interés del asunto: creo que hay que atenerse a lo que hay, a lo que se conoce de su vida y a sus libros, y no pasarse con las conjeturas. En cualquier caso, se dicen cosas aprovechables, como una frasecilla que le dijo un amigo de Lewis, Owen Barfield, al autor, sin saber cuál es su origen (y yo tampoco lo sé): «El que no sabe y no sabe que no sabe, es un necio. Dejadle. El que no sabe y sabe que no sabe, es un estudiante. Enseñadle. El que sabe y no sabe que sabe es un artista. Observadle. El que sabe y sabe que sabe, es un maestro. Seguidle». Para mí Lewis es un maestro, no para seguirle, sí para leer sus libros: unos me han gustado más, o me han parecido mejores que otros, pero todos están bien escritos, todos son inteligentes, con ninguno he perdido el tiempo, con todos he aprendido. Muchísimo más que suficiente.
James S. Custinger. C. S. Lewis. Apologista y místico (1998). Mallorca: Olañeta, 2008; 68 pp.; col. Padma; trad. de Esteve Serra; ISBN: 978-84-9716-555-6.