Las reflexiones de un libro como Ceguera moral pueden servir, entre otras cosas, para identificar mejor algunos problemas y, por tanto, para pensar cómo enfrentarse a ellos. Algunos son:
—atención al lenguaje empobrecido. Bauman: «el espacio de la atención humana (…) se ha reducido al tamaño y la duración de mensajes compuestos, enviados y recibidos. La primera víctima de una vida apresurada y de la tiranía del momento es el lenguaje, demacrado, empobrecido, vulgarizado y despojado de los sentidos que presumiblemente transmite. Y los “intelectuales”, los caballeros andantes de las palabras significativas y sus sentidos, son sus bajas colaterales».
—atención a los payasos políticos. Bauman: «Observemos los numerosos payasos políticos que hoy en día adquieren mayor popularidad que cualquiera de los anticuados políticos del tipo burocrático o experto, porque o las “noticias políticas” se someten dócilmente a las reglas del “infoentretenimiento”, o no tienen otra posibilidad que la de ser ofrecidas a un estrecho y normalmente marginado “nicho de audiencia”».
—atención a las mentiras. Donskis: «En un mundo de vínculos humanos intermitentes y de palabras y votos y promesas inflados, la deslealtad no sorprende. Cuando la fidelidad deja de estar en el centro de nuestra personalidad y ya no es una fuerza que integra la identidad de un ser humano, entonces la traición pasa a ser una “norma” y una “virtud” situacional. (…) Solo en las relaciones de verdadera fidelidad tiene sentido el concepto de “traición” y la práctica que deriva de él. Donde no hay lealtad ni fidelidad, la traición no es más que el acto rutinario de romper la palabra dada y mentir, justificado por el cambio constante y dramático en las situaciones (supuesto o real), “nuevos retos” y “circunstancias imprevistas”».
Zygmunt Bauman y Leonidas Donskis. Ceguera moral (Moral Blindness, 2013). Barcelona: Paidos, 2015; 271 pp.; trad. de Antonio Francisco Rodríguez Esteban; ISBN: 978-84-493-3103-9. [Vista del libro en amazon.es]