Historias secretas en la noche, de Joan Manuel Gisbert, empieza cuando Konrad, el Ecuánime, señor de Warlavia, convoca un concurso para cubrir la plaza de maestro de narraciones de su reino. El relato del primero de los dos participantes, Ismal, se titula «El mensajero de los siete reinos» y trata sobre un hombre con el oficio de mensajero que nunca había dejado de cumplir un encargo. Después de oírlo, la segunda narradora, Nubis, pretende retirarse, pero las reglas le obligan a contar su historia y así lo hace: su relato, titulado «La princesa de Babilonia», trata sobre una princesa bondadosa cuya vida y reino están amenazados. Al final, el Ecuánime se plantea cómo recompensar a dos narradores tan excepcionales cuando las condiciones imponen que sólo uno puede vencer y el otro tiene que marcharse.
Libro que se lee con gusto y que deja un poso de amor por las buenas historias y, también, del valor que tiene la preocupación bondadosa por los demás. En él queda patente una vez más el talento del autor para construir relatos intrigantes y enigmáticos. Tanto la historia que actúa de marco como los dos relatos que se contienen en ella se cuentan con calma y acentos algo solemnes, como sin humor, pero eso es apropiado pues encaja bien con los contenidos. Las ilustraciones en blanco y negro añaden un punto de misterio más a distintos pasos de los argurmentos.
Joan Manuel Gisbert. Historias secretas en la noche (2011). Madrid: Oxford, 2011; 197 pp.; col. El árbol de la lectura; ilust. de Francisco Solé; ISBN: 978-84-673-5468-3.