The Art of Eric Carle contiene un relato autobiográfico de Carle, comentarios suyos acerca de su técnica particular y comentarios de sus editores acerca de su trabajo.
Dan pistas sobre sus intenciones estas dos observaciones. Una, la de que comprende sus libros como puentes entre la vida del niño en su casa y su vida en la escuela pues, dice, siempre ha estado fascinado por ese momento en el que un niño abandona un ambiente que para él es seguro y se tiene que adentrar en un mundo distinto, de razón y abstracción, de orden y disciplina. Otra, la de que concibe sus libros como algo «físico», como instrumentos que permitan a la vez «agarrar una idea» y activar sentimientos o, añadiría yo, llegar a captar las ideas también por medio de los sentimientos.
Son reveladoras sus observaciones y las de su editora, Ann Beneduce, sobre cómo cada libro puede incubarlo, pensándolo y haciendo pruebas, durante meses o años, y cómo muchos álbumes han sido el resultado del intercambio de ideas entre los dos sin ningún tipo de ego. Es también Ann Beneduce —a quien se debe la idea nuclear de La oruguita glotona y, luego, haber vencido los obstáculos para que se pudiera editar ese libro a finales de los sesenta—, quien explica la capacidad de Carle para comprimir una idea compleja en una imagen simple. Y otra idea que ambos, autor y editora, comentan es que los libros de Carle tienen un propósito fundamental: provocar la alegría del niño cuando hace descubrimientos por sí mismo, algo que nace del recuerdo de sus experiencias infantiles al aprender y al crear.
Eric Carle y otros. The Art of Eric Carle (1996). New York: Philomel Books, 1996; 125 pp.; introduction by Leonard S. Marcus; ISBN: 978-0-399-24002-7.