Erik Vogler y la maldición de Misty Abbey-Castle, de Beatriz Osés, es el tercer libro con el mismo angustiado y angustioso protagonista. Esta vez, mientras su padre y su abuela tienen un accidente de esquí, muere su tío Leonard en Irlanda. Erik ha de ir al entierro pues será el heredero del misterioso castillo propiedad de su tío. Para su disgusto, por indicación de su abuela, le acompaña de nuevo Albert Zimmer pero, esta vez, obtendrá una cierta victoria intectual sobre él.
Como en los anteriores libros, en este tampoco importa tanto el argumento —con misterios, leyendas, tumbas ocultas, etc.— como el comportamiento del héroe, tan obsesionado por el orden y las marcas de moda como siempre. Así, al principio de su relato, a punto de salir hacia Irlanda, el narrador indica: «Era la primera vez que no estaba orgulloso de su equipaje. Al revés, por culpa de las malas noticias, las prisas y los nervios, en lugar de una obra de arte había hecho lo que consideraba una chapuza. Había metido la ropa en lo que habría descrito como un completo caos, es decir, planchada y doblada pero sin ningún tipo de orden alfabético, ni por texturas, colores o antigüedad de las prendas. Es decir, las había apilado de cualquiera manera. (…) Un desastre».
Beatriz Osés. Erik Vogler y la maldición de Misty Abbey-Castle (2015). Barcelona: Edebé, 2015; 159 pp.; ilust. de Iban Barrenetxea; ISBN: 978-84-683-1541-6. [Vista del libro en amazon.es]