The Thing – Por qué soy católico

The Thing – Por qué soy católicoChesterton (libros de no-ficción)
 
The Thing – Por qué soy católico

The Thing es un libro de Chesterton que contiene treinta y cinco artículos escritos para publicaciones católicas. En ediciones posteriores fue titulado, a veces, Por qué soy católico, igual que uno de sus capítulos. El autor desea combatir los prejuicios de sus compatriotas sobre la Iglesia Católica o sobre el Papado: en unos responde a textos o afirmaciones de conocidos obispos anglicanos de su época, en otros tercia en polémicas que mantenían sus amigos Belloc y Wells, algunos son más puramente afirmativos. El espíritu periodístico de Chesterton aquí se nota en su prontitud para saltar a la pelea dialéctica pero, en estos casos, su tono suele ser más argumentativo y menos anecdótico que otras veces.

Chesterton comienza por señalar que lo que le gusta es escribir y leer novelas policiales pero que, cuando ve que a los católicos se les insulta o menosprecia, se siente insultado también y, por tanto, obligado a replicar. En «Who Are the Conspirators?» bromea sobre las extraordinarias ideas de no pocos ingleses sobre los católicos. En «The Sceptic as Critic» señala que se guía por «el excelente principio patriótico de “Mira a Inglaterra primero” en la paráfrasis igualmente patriótica de “Critica a Inglaterra primero”». En «Protestantism: A Problem Novel» señala que muchos argumentos protestantes se basan en «falsificaciones de los hechos, especialmente en forma de supresiones de los hechos» y que «cada proceso mental, incluso el de equivocarse, es más claro en una atmósfera católica». En «Inge Versus Barnes» compara los modos de pensar de dos obispos anglicanos y, aunque a uno lo alinea con un senador romano con el espíritu de Diocleciano y al otro con un pirata danés, apunta que ambos están unidos en el rechazo a lo católico.

Una idea insistente la desarrolla en «The Feasts and the Ascetic», cuando habla de que «la gran tentación del católico en el mundo moderno es la tentación del orgullo intelectual» pues es obvio que muchos de sus críticos no saben de qué hablan, tentación que ha de ser resistida pues es un deber explicar que lo que parece contradictorio en realidad es complementario y porque no hay justificación para ningún acento de superioridad. Otra idea repetida figura en «The Idols of Scotland», cuando apunta que «el nacimiento y la muerte de cualquier herejía ha sido siempre esencialmente lo mismo»: tomar una idea del conjunto del pensamiento católico, aislarla y exagerarla, convertirla en una imagen y luego en un ídolo, para descubrir con el paso del tiempo que la Iglesia tenía razón: los calvinistas con la soberanía de Dios, los luteranos con la gracia de Dios, el pecado del hombre para los metodistas, la Biblia para los baptistas, la simplicidad para los cuáqueros…; y lo mismo se podría decir de la unicidad y la grandeza de Dios para los musulmanes, la igualdad de los hombres para los comunistas, la igualdad entre hombres y mujeres para las feministas…

En fin, señala Chesterton en «Is Humanism a Religion?», el mundo moderno «está viviendo de su capital católico», de «verdades que pertenecen al viejo tesoro de la Cristiandad, incluyendo, naturalmente, muchas verdades conocidas desde la antigüedad pagana pero cristalizadas en la Cristiandad», pero parece ignorar que sólo hay un modo probado de mantener todas esas verdades sólidamente unidas, «como las piedras que se colocan en una bóveda».

G. K. Chesterton. The Thing, 1929. La edición castellana, titulada Por qué soy católico y contenida en un libro con ese mismo título global, está en Madrid: El Buey Mudo, 2009; 720 pp.; de la p. 161 a la 441; trad. de Mariano Vázquez Alonso y Ana Nuño López; ISBN 13: 978-84-937417-0-9. [Vista del libro en amazon.es]

 

26 septiembre, 2009
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