El selfie del mundo, de Marco D’Eramo, es un comentario extenso y agudo acerca del fenómeno cultural y social del turismo. El autor repasa la historia del turismo y los primeros autores que lo trataron en sus libros, como Mark Twain; habla de las enormes dimensiones de la industria turística; expone los motivos y las consecuencias de las políticas que fomentan el turismo; comenta irónicamente cómo las actitudes críticas hacia los turistas conviven con la realidad de que nosotros también acabamos siendo turistas.
Explica bien cómo «el turismo es la industria más pesada, más importante, más generadora de cash flow, y más contaminante, del siglo XXI» y que «la revolución turística es la herencia más duradera del boom económico posterior a la segunda guerra mundial, una revolución que (…) tuvo su inicio en los años cincuenta, pero que se aceleró y adquirió un impulso irresistible en los años sesenta y setenta».
Señala las curiosas contradicciones a las que da lugar el turismo. Así, «en primera instancia emigrante y turista son las dos caras complementarias, simétricas, del viaje moderno: el turista es el extranjero al que el autóctono sirve, mientras que el emigrante es el extranjero que viene a servir al autóctono». O que «ser turista es en parte detestar a los turistas (tanto a los otros turistas como al hecho de ser turistas nosotros mismos). Los turistas siempre pueden encontrar a alguien un poco más turista del que burlarse».
Hace notar algunos comportamientos completamente absurdos. Se pregunta «por qué los seres humanos, en misión turística, se sienten legitimados para vestirse como jamás se vestirían en sus ciudades». Bromea con el turista que adquiere «la lógica de la productividad: «El año pasado hice Brasil, ahora hago el sudeste asiático, el próximo año haré Asia Central». Recuerda un fantástico eslogan que vio en un pasillo de la estación de Atocha, en Madrid, en octubre de 2018: «Hay muchas razones para viajar: por ejemplo, viajar»…
Señala que «el turista se siente decepcionado porque no visita los sitios, sino que visita las guías» que ha leído;. Habla de que siente también «una irreprimible necesidad de confirmar la propia existencia, de dejar un documento de sí mismo», y de ahí los selfies. Indica lo rarísimo que acaba siendo que «un turista llegue a conocer a un lugareño que no sea empleado de los servicios turísticos».
Pondré otras dos entradas con algunas ideas y párrafos del libro. Esta reseña explica bien su contenido.
Marco D’Eramo. El selfie del mundo (Il selfie del mondo, 2017). Barcelona: Anagrama, 2020; 336 pp.; trad. de Xavier González Rovira; ISBN: 978-8433964632. [Vista del libro en amazon.es]




























