Hotel para perros, de Lois Duncan, es un relato de 1971 del que se hizo una película hace poco. Según parece, con ese motivo se cambiaron algunas cosas en la novela original: nombres de personajes, trabajo profesional de la madre de los niños, y algunos toques modernos —como la cámara digital del chico protagonista—.
La familia de Andi, una niña de once años, y Bruce, unos trece, debe trasladarse de ciudad con motivo del nuevo trabajo de su padre. Han de vivir en casa de su tía-abuela Alice, alérgica a los perros y, por eso, deben dejar a su perro atrás. Pero Andi y Bruce encuentran una perra que acaba de tener cachorros y, al no poder alojarlos en su casa, los acomodan en una casa vecina vacía sin que nadie lo sepa. Y, poco a poco, otros perros irán uniéndose a los primeros. El enemigo que tendrán será un vecino, compañero de Bruce, que tiene un perro al que maltrata y que también abusa de sus compañeros, pero que sabe presentarse como un chico ejemplar ante todos los adultos.
La historia tiene gracia pues su autora tiene oficio. Aparte del atractivo para quienes les gusten los perros, el personaje de Andi resulta simpático, aunque a veces su conversación y su comportamiento suenen más que dudosos en una niña de once años. Pero, si nos olvidamos del aspecto comercial de la cuestión, mejor hubiera sido dejar que la novela reflejase su ambiente original pues en esta versión modernizada hay cosas que no encajan: en particular, hay aspectos del comportamiento de los niños que son lógicos en los años sesenta del siglo pasado pero que son chocantes si la historia se sitúa varias décadas después.
Lois Duncan. Hotel para perros (Hotel for Dogs, 1971). Madrid: Espasa, 2009; 180 pp.; trad. de Isabel Murillo; ISBN: 978-84-670-3064-8.