Una de las grandes aventuras de siempre, hoy algo menospreciada por su característico tufillo decimonónico- imperialista, es Las cuatro plumas, de A. E. W. Mason. Pero es extraordinaria y, por supuesto, no mejora si se procura que los buenos sean menos buenos y los malos no tan malos, como han intentado en una última película con ese argumento.
9 febrero, 2006
Related Posts
Los muchachos de la calle Pal
2 abril, 2009
La flecha negra
25 julio, 2007
Beau Geste
20 agosto, 2009