Un intruso en mi cuaderno, de David Fernández Sifres, es un relato con dos partes. En la primera, Mariano encuentra una mariposa dibujada en su cuaderno y se plantea tirar la hoja pero los acontecimientos le arrastran en otra dirección y comienza un juego detectivesco: intenta descubrir quién puede ser el misterioso intruso que, además, va encontrando la forma de seguir dibujando más mariposas. En la segunda parte, resuelto el enigma del dibujante, la historia da un giro inesperado y el humor deja paso a la emoción.
El narrador es el mismo Mariano que, aunque al final sabremos que cuenta las cosas después de bastantes años, emplea una voz de chaval que tiene una envidiable soltura. Es más que notable la simpatía de la primera parte: todo está bien contado e hilado hasta llegar a la resolución del enigma que le inquieta. En la segunda parte la historia busca y consigue conmover, no tanto, o no sólo, por el drama que se plantea, como por algunas excelentes escenas en las que se pone de manifiesto, como a contrapelo, el buen corazón del protagonista. Tal vez el desenlace podría ser menos explícito pero para los lectores naturales de la historia está bien como está. Aquí hay otra reseña.
David Fernández Sifres. Un intruso en mi cuaderno (2012). Zaragoza: Edelvives, 2012; 118 pp.; col. Nueva Ala Delta azul; ilust. de Rafael Vivas; ISBN: 978-84-263-8604-5.