Ni me lo nombren

Ni me lo nombrenCine
 
Ni me lo nombren

En El guardián entre el centeno, Holden Caulfield dice: «Si hay algo que odio en el mundo es el cine. Ni me lo nombren». Y en otro momento: «¡Maldito cine! Puede amargarle a uno la vida. De verdad».

Otra pista: el relato de Willa Cather titulado El caso de Paul (Paul’s Case, 1905), donde se nos habla de un chico joven, menos lúcido e incluso más trágico que Holden, que cada vez que volvía del teatro donde trabajaba, «sufría todos los síntomas físicos de la depresión que sobreviene a un exceso: el odio a las camas respetables, a la comida vulgar, a una casa invadida de olor a cocina; una escalofriante repulsión por la insípida y desvaída existencia cotidiana, y un deseo patológico de cosas elegantes, luces tenues y flores frescas».

Willa Cather. Los libros de cuentos. Barcelona: Alba, 2005; 553 pp.; col. Clásica Maior; trad. de Olivia de Miguel; ISBN: 84-8428-289-9.

 

15 septiembre, 2006
Imprimir

Related Posts

Comments are closed.