Los héroes son mentira, de Rosa Huertas, tal vez debería titularse Los héroes no son mentira, pues esa es la idea que transmite, además de ser el encabezamiento de uno de los capítulos. El padre de Rosa —la narradora—, enfermo de gravedad, rememora la dura experiencia de la guerra de Ifni (1957-58), en la que fue teniente de infantería, y la relación que tuvo con Pelargón, su asistente, que murió en una acción heroica sin ningún reconocimiento oficial. Tras fallecer, la narradora se reúne con Rafita Jiménez, el mejor amigo de Pelargón, y completa su conocimiento de la historia.
Relato con un argumento que tiene interés en sí mismo y también porque pone delante de los lectores actuales una época y unos acontecimientos olvidados. Se combinan bien la mezcla de situaciones —la inquietud por el padre enfermo y su atención, los acontecimientos de aquella guerra, las gestiones de la narradora para completar la información que le falta—. Se usan dos registros: el sobrio y directo del padre cuando habla del pasado, y el más rebuscado y cálido de la hija cuando reflexiona sobre su padre y concluye que «nada es como nos contaron, empiezo a verlo ahora, a la vuelta del camino. Ni siquiera mi padre es como yo creía».
Rosa Huertas. Los héroes son mentira (2013). Zaragoza: Edelvives, 2013; 229 pp.; col. Alandar; ISBN: 978-84-263-8682-3.