Jiménez Lozano: «Un escritor tiene un enorme riesgo de perdición total: el que llene los cielos y la tierra con su «yo» o su nombre —que viene a ser lo mismo— hasta hacer que ese «yo» y ese nombre sean más grandes que su obra. Entonces se asiste a ese espantoso espectáculo entre trágico y grotesco de un escritor mirándose directamente en el ombligo o en el espejo de su público y de su gloria; su escritura se convierte en un puro ejercicio de resonancia, palabras y más palabras huecas y cada vez más retorcidas y sonoras. Da pavor».
José Jiménez Lozano. Una estancia holandesa. Conversación.
30 septiembre, 2005