Panamá, 1961; 146 pp.
Pieza teatral de humor y fantasía, o «fábula dialogada» como el autor la denominó, importante para la historia de la literatura infantil de su país. Aunque fue publicada en 1961, había sido escrita en 1939, dos años después de La Cucarachita Mandinga (1937), otra obra del autor, del mismo tipo, inspirada en un viejo cuento popular. En Chiquilinga salen muchos tipos clásicos del folclore local como unos diablillos danzantes con vejigas; del centroamericano como Tío Conejo, tío Tigre o tío Zorro; de los cuentos populares españoles. La acción es ágil y las conversaciones son rápidas; no faltan canciones y poemas en el medio, pero lo cierto es que su lectura resulta en exceso laboriosa pues tiene una enorme cantidad de personajes que, además, son poco identificables.