Barcelona: Debolsillo, 2011; 208 pp.; col. Best seller; trad. de Eduardo Mallorquí; ISBN: 978-8499087337. [Vista del libro en amazon.es]
La protagonista y narradora es Mattie Ross, que ya es mayor cuando recuerda lo que vivió. Su narración comienza del siguiente modo: «A la gente no le parece posible que una muchacha de catorce años abandone su casa en pleno invierno para vengar la muerte de su padre, pero entonces no pareció tan extraño, aunque he de admitir que no era una de esas cosas que ocurren a diario. Yo tenía catorce años recién cumplidos cuando un cobarde que utilizaba el nombre de Tom Chaney disparó contra mi padre en Fort Smith, Arkansas, quitándole la vida, el caballo y ciento cincuenta dólares en efectivo, aparte de dos piezas de oro californiano que llevaba en el cinturón». Dicho esto, Mattie cuenta cómo fue a Fort Smith y allí terminó contratando al más duro e implacable de los comisarios federales, Rooster Cogburn, para que cazase a Chaney, que, al huir, se había unido a una banda peligrosa. Entró en escena también un ranger de Texas, llamado LaBoeuf, que iba detrás de Chaney por un crimen que había cometido en su territorio. Y, al fin, a pesar de la oposición de Cogburn y LaBoeuf, Mattie se unió a ellos para comprobar que Cogburn cumplía lo pactado. Como dirá más adelante, «la verdad es que si uno quiere que las cosas se hagan bien, tiene que encargarse él mismo de ellas».