Madrid: SM, 1989; 24 pp.; col. Cuentos de la torre y la estrella; ISBN: 84-348-2920-7.
No se sabe qué hay al otro lado de la gran pared de la aldea. El protagonista decide plantar un árbol al lado del muro para, una vez que crezca, poder subirse a él y ver qué hay. La paciencia da sus frutos y, por fin, el muro «ya no ocultaba nada, era como si lo hubiera derribado».
24 junio, 2013