Texto de Sam McBratney. Madrid: Kókinos, 2002; 32 pp.; trad. de Esther Roehrich-Rubio; ISBN: 84-88342-37-3.
Una liebre pequeña de color avellana juega con una liebre grande de color avellana a intentar expresar el tamaño y cantidad de amor que sienten una por otra. La liebre pequeña descubre que, por mucho que abra los brazos, o se estire, o salte, su padre la liebre grande (aunque en castellano tendemos a pensar liebre como femenino) siempre abre más los brazos, se estira más o salta más…
18 agosto, 2008