PRICHARD, Caradog

PRICHARD, CaradogAutores
 

Escritor británico. 1904-1980. Nació en Bethesda, un pueblo del noroeste de Gales dedicado a la extracción de pizarra. Su padre falleció cuando él tenía pocos meses. Al final de su adolescencia, su madre fue ingresada en un psiquiátrico. Con 16 años se fue a Caemarfon, y más tarde a Cardiff. Fue un importante poeta. Falleció en Londres.


Una noche de luna
Madrid: Debate, 1999; 197 pp.; trad. del inglés de Ismael Attrache; ISBN: 84-8306-235-6.

Un pueblo minero galés durante los años de la primera Guerra Mundial. A unas condiciones de vida duras en un ambiente laboral revuelto, se suman las noticias que van llegando sobre los jóvenes del pueblo que no volverán de la guerra. En una noche de luna, cuando los perfiles son inciertos, el narrador va recuperando los recuerdos de sus correrías de infancia con sus compañeros Moi y Huw, cuando sólo tenía diez años y el dolor va golpeando a las gentes de su pueblo hasta que, finalmente, su propio mundo se desmorona pues tienen que ingresar en un hospital psiquiátrico a su madre.



Novela nada convencional, la única de su autor, que tiene un explícito contenido autobiográfico y está considerada una obra maestra de la literatura galesa, como se detalla en la introducción que abre la novela. Aunque quien narra es un adulto, toda la historia se ve a través de los ojos del niño que fue. Éste, a pesar de las dificultades, se sentía protegido por el cariño abnegado y la fortísima fe de su madre y, por tanto, vivía su vida con buen humor y con capacidad de apreciar la belleza del paisaje y la bondad de las personas. Por lo mismo, también los hechos se cuentan sin ninguna clase de ironía ni resentimiento, y sin concesiones cómplices o pringosas a la hora de tratar los comentarios y escenas sexuales entre chicos. Se suceden escenas de rara intensidad, todas ellas superadas por la que describe el enorme dolor y la llorera incontenible del niño cuando ingresan a su madre.

Estilo, ritmo y sintaxis son infrecuentes, pues intentan reproducir las peculiaridades del galés. Son numerosas las referencias a las lecturas bíblicas y los cánticos litúrgicos que impregnaron la niñez del narrador y que se quedaron adheridos en los recovecos de su memoria. Hay dos largas e importantes digresiones poéticas que, sin las necesarias referencias, son difíciles. Pero incluso sin captarlas por completo, Una noche de luna deja la impresión imborrable de una obra excepcional.


16 julio, 2010
Imprimir

Comments are closed.