Escritor irlandés. 1965-. Nació en Wexford. Fue profesor de instituto y dio clases en Arabia, Túnez, Italia. Autor de muchos relatos infantiles y juveniles, se hizo mundialmente famoso a partir de 2002 con su serie sobre Artemis Fowl.
AirmanMadrid: Alfaguara, 2009; 460 pp.; trad. de Mercedes Núñez; ISBN: 978-84-204-6909-6.
Conor Broekhart nació en la Exposición Universal de París de 1878 cuando sus padres estaban volando en globo y, tal vez por eso, desarrolló desde muy pequeño una gran afición a investigar nuevos artilugios para poder volar. Su padre, el capitán Declan Broekhart, era el hombre de confianza del rey Nicholas, de las islas Saltee, un reino independiente al lado de Irlanda, muy rico debido a sus minas de diamantes. Con sólo diez años, Conor salva de morir a la princesa Isabella, convirtiendo una bandera en una especie de cometa y saltando juntos desde lo alto de una torre poco antes de que explote. Cuando Conor tiene catorce años, y su preparación ya es magnífica gracias a su sabio tutor Victor Vigny, el malvado mariscal Bonvilain urde una conspiración: mata al rey Nicolas y a Vigny, hace desaparecer a Conor en las mazmorras haciendo creer a sus padres que ha muerto, y se queda como regente al cuidado de Isabella. Conor pasará dos años en prisión maquinando cómo huir… por los aires.
En esta novela el autor cambia de registro respecto a sus obras anteriores: aquí pone sus dotes narrativas al servicio de un argumento aventurero que cabría llamar clásico-decimonónico y contiene mucho sus impulsos hacia los comentarios y las réplicas irónico-bromistas.
La primera parte de la novela presenta el escenario —un imaginario pequeño reino compuesto por dos islas y rico en diamantes—, y la preparación del héroe —que adquiere habilidades incontables para la ciencia y para la lucha—. La segunda cuenta la estancia en prisión: Conor tiene como compañero de mazmorra a un músico ciego llamado Linus que le orienta sabiamente, aprende a manejarse con sus crueles carceleros, se gana el respeto de una banda secreta de delincuentes, y diseña su plan para escapar. En la tercera se comporta ya como Airman: se fabrica un aparato para volar entre las islas con el que adquiere fama legendaria.
El autor se propone y consigue captar el interés de los lectores interesados en este tipo de enfrentamientos de un protagonista joven y valeroso con un malvado experto y astuto, que se suceden a lo largo de un argumento con muchos elementos ya conocidos pero también con algunas dosis de originalidad. Cabe reprocharle que a veces cargue la mano —como la dureza de la vida en las mazmorras con su trabajo añadido de extraer diamantes—, y que sea muy caricaturesco el villano Bonvilain. Dados los antecedentes y los acentos del relato tampoco resultan convincentes algunas vacilaciones interiores del héroe. Luego, literariamente todo mejoraría si el narrador omitiera comentarios enfáticos, por ejemplo en la ocasión en que dice que Bonvilain «parecía sumido en sus pensamientos» y puntualiza que eso «nunca era beneficioso para la persona objeto de su reflexión»; o en otra en que Conor se irrita y entonces apunta que si el ciego Linus «pudiera haber visto los ojos de su joven amigo, le habría impresionado ver la determinación que en ellos ardía». Pero los defectos no impiden que la historia tire del lector hacia delante en todo momento.
Más libros: la serie protagonizada por ARTEMIS FOWL; dos novelas que comparten protagonista tituladas Benny y Omar y Benny y Babe; Futuro azul (1, 2); El caso cero y la serie de libros MAX MALABAR; el álbum Fred. El amigo imaginario, ilustrado por Oliver Jeffers.
16 septiembre, 2009