STRINDBERG, August

STRINDBERG, AugustAutores
 

Escritor sueco. 1849-1912. Nació y falleció en Estocolmo. Abordó todos los géneros literarios y, además, fue pintor, fotógrafo y químico. Fue uno de los grandes renovadores del lenguaje literario sueco y, aunque deseaba pasar a la historia como «el Balzac sueco», lo ha hecho como autor teatral.


El viaje de Pedro el Afortunado
Madrid: Alianza, 1982; 149 pp.; col. El Libro de Bolsillo; prólogo y trad. de Francisco J. Uriz; ISBN: 84-206-1918-3.

Un viejo sacristán quiere que su hijo Pedro le suceda en su puesto, pensando que así estará preservado de los conflictos de la vida y de la maldad humana. Pero un duende resentido inflama en el chico los deseos de conocer el mundo, con lo que Pedro abandona su casa y a su padre, acompañado por una chica de nombre Lisa, y provisto de un anillo mágico que concede a su propietario todos los deseos. Distintos encuentros y sucesos van enseñándole que debe abandonar su egoísmo y luchar por el bien de los demás, que las cosas grandes que debe proponerse son las cosas buenas y útiles…



Strindberg redactó esta obra por encargo, dentro de la tradición teatral sueca de presentar alguna obra para niños durante las Navidades, y alcanzó un gran éxito de público con ella. Con aires de juego y un tono de sátira social bienhumorada, el autor dibuja un chico egoísta pero también inocente, al que los choques con las mentiras y prejuicios sociales lo van llevando a reconocer que el mundo tiene cosas buenas y malas y hay que aceptarlas así. Primero el Hada le anuncia que «pronto aprenderás que ni todo lo bueno es bueno, ni todo lo malo, malo»; después Lisa le recalca que «no hay nada perfecto en la vida, Pedro. Acuérdate bien de esto: en la vida tendrás que aceptar lo malo y lo bueno»; y el Sabio a quien acude a pedir consejo le facilita descubrir el secreto: «Aquel que sólo se ama a sí mismo nunca podrá querer a nadie». Strindberg sabe conjugar con maestría, espontaneidad y precisión en los diálogos, sencillez y profundidad en el modo de plantear la trama, realismo y sentido positivo en las conclusiones. En esta obra se basó BENAVENTE para El príncipe que todo lo aprendió en los libros.


6 enero, 2009
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