Escritor belga. 1862-1949. Nació en Gante. Se licenció en Derecho. Con sólo veinte años publicó sus primeras obras. Fue un autor prolífico de poemas, ensayos y dramas teatrales, adscrito al simbolismo y que tuvo una gran reputación. Se le considera un renovador del teatro. Premio Nobel de Literatura 1911. Falleció en Orlamonde.
El pájaro azulMadrid: Cátedra, 2000; 303 pp.; col. Letras universales; edición de Ana González Salvador y trad. de M Jesús Pacheco; ISBN: 84-376-1862-2; en esta misma edición se contienen
La intrusa, Los ciegos, Pelléas y
Mélisande.Tylyl, hijo de un leñador, posee una tórtola. A él y a su hermana Mytyl, un hada les envía en busca del Pájaro Azul de la felicidad. Con el poder del Diamante y la protección de la Luz, los niños recorren seis lugares: el País del Recuerdo, el Palacio de la Noche, el Bosque, el Cementerio, el Jardín de los Placeres, el Reino del Porvenir. En cada uno aprenden algo que no conocían. Sin conseguir su objetivo vuelven a casa. Al despertar, Tylyl comprende la magia de su mundo familiar y cotidiano pues ve que su tórtola tiene cualidades milagrosas y es casi tan azul como el pájaro que buscaban.
El mérito de Maeterlinck, decía CHESTERTON en Varied Types, estuvo en hacer frente a la tendencia moderna que llama «remotismo»: la que nos hace pensar primero en lo lejano y no en aquellas cosas que sí están en el centro de la experiencia humana. Esa tendencia se nota, por ejemplo, cuando alguien dice que nuestro conocimiento de la vida empieza con la ameba, cuando eso es manifiestamente falso pues nuestro conocimiento de la vida empieza por nosotros mismos; o cuando alguien elogia el Imperio Británico pensando en Australia y Nueva Zelanda pero no en las colinas de al lado. Frente a escritores como Zola que hablaban de lo exterior como lo verdadero, autores como Maeterlinck insistían en que lo interior es lo verdadero, en que lo único cierto es el alma humana.
En esa línea va esta ensoñación mágica en seis actos y doce cuadros, estrenada en Moscú en 1908, y que Maeterlinck dedicó al autor de Peter Pan, James BARRIE. La importancia de Maeterlinck en la literatura infantil se debe a ella pues, a pesar de ser complicadísima de representar e imposible que resulte mínimamente verosímil, ha influido en muchas obras teatrales y ficciones posteriores que inciden en la misma idea de que no existe tal pájaro azul, al menos tal como lo imaginamos y buscamos, y que la felicidad con frecuencia está en lo más cercano… O, dicho de otro modo, que la felicidad acaba escabulléndose cuando se busca como un objetivo pero que nos llega como un resultado cuando nos entregamos a los demás.
6 enero, 2009