HERRIMAN, George

HERRIMAN, GeorgeAutores
 

Historietista norteamericano. 1880-1944. Nació en Nueva Orleáns, Luisiana. Con diez años se trasladó a Los Ángeles con su familia. Tuvo muchos empleos en su juventud y, cuando los periódicos empezaron a publicar tiras cómicas, fue contratado para realizar dibujos políticos y deportivos. Su gran personaje fue Krazy Kat, que apareció en The Family Upstairs en 1910, y tuvo su propia tira desde 1916 hasta 1944. Falleció en Los Ángeles. A partir del minuto 7,15, en este video se habla de su vida y su obra.


KRAZY KAT
Una edición con una selección de páginas dominicales, en las cuales Herriman alcanzó su máximo nivel debido a las menores restricciones de espacio, se tituló Antología, y se editó en Madrid: Eseuve, 1990; 104 pp.; trad. de Agustín Álvarez; selección y prólogo de Javier Coma; ISBN: 84-87301-19-3; agotado.
Otra edición de las páginas dominicales, más reciente que la citada, está en Barcelona: Norma, 2013; 160 pp.; ISBN: ‎ 978-846791090; vista del libro en amazon.es.

Tiras cómicas protagonizadas por el trío que forman la gata Krazy Kat, el ratón Ignatz, el oficial de policía Pupp, además de otros curiosos secundarios. Krazy Kat se pasa la vida declarándole su amor a Ignatz; Ignatz le rechaza una y otra vez tirándole ladrillos; Pupp protege a Krazy Kat de las agresiones de Ignatz encerrándolo de vez en cuando, pero Krazy Kat no quiere protección pues interpreta positivamente las reacciones de Ignatz. Las escenas se desarrollan en los paisajes del Condado de Coconino, cercanos al Gran Cañón, al norte de Arizona, que funcionan como una metáfora de la soledad vital de Krazy Kat.



Los minirelatos de Krazy Kat, muy valorados por los seguidores del cómic que podríamos llamar intelectual, componen una singular amalgama de drama, humor y poesía. El lenguaje mezcla elementos indios, afroamericanos, yídish, español…, pero también el latín junto con toques poéticos y shakespearianos —«mi reino por un ladrillo», dirá Ignatz—. Hay quien atribuye a Krazy Kat el mérito de ser el cómic más artístico de la historia, por sus audacias gráficas y de concepto, que se pueden calificar de surrealistas. Nunca fue un éxito popular pero a Randolph Hearst, propietario del King Features Syndicate, le gustaba y lo mantuvo hasta la muerte de Herriman, que nunca pasó el personaje a ningún otro dibujante.

Una parte del atractivo del personaje lo explica Umberto Eco del siguiente modo: «En Krazy Kat la poesía nace de cierta terquedad lírica del autor que repite hasta el infinito su anécdota, haciendo siempre variaciones de un mismo tema (…). En una historieta semejante, el espectador, no solicitado por el gag desbordante, por la referencia realista o caricatural, por una llamada al sexo o a la violencia, substraído a la rutina de un gusto que lo lleva a buscar en los cómics la satisfacción de unas determinadas exigencias, descubre la posibilidad de un mundo puramente alusivo, un placer de tipo “musical”, un juego de sentimientos no banales». A este comentario, que me parece certero, añadiría que no sé si la poesía de la que habla Eco se puede captar en un contexto tan diferente al de los lectores originales de la tira, que sí podían apreciar las singularidades de su lenguaje y de sus alusiones, y que tampoco sé si esa poesía puede surgir de una manera diferente a la de su origen, cuando las historietas llegaban periódicamente y así calaban en el lector. Y tal vez dé igual.

Nota:
El texto de Umberto Eco está tomado de «El mundo de Charlie Brown», Apocalípticos e integrados (Apocalittici e integrati, 1968). Barcelona: Lumen, 1993, 11ª ed.; 366 pp.; col. Palabra en el tiempo; trad. de Andrés Boglar; ISBN: 8426410391.


14 junio, 2007
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