BARBA, Andrés

BARBA, AndrésAutores
 

Escritor español. 1975-. Nació en Madrid. Licenciado en Filología hispánica. Novelista.


Historia de Nadas
Madrid: Siruela,2006; 112 pp.; col. Las tres edades; ilust. de Rafael Vivas; ISBN: 84-7844-960-4.

En un pueblo llamado Nadas, las estrellas se apagan un día y, para resolver el problema, el gordísimo alcalde Doscinturones, un chico llamado Maderito y un desalentado Boxeador, deben atravesar la puerta de los acertijos imposibles, el bosque de las cosquillas invisibles y el pasillo de los botones y los miedos. Luego habrán de montar una escalera suficientemente alta para llegar al interruptor de las estrellas.


La alucinante historia de Juanito Tot y Verónica Flut (los niños que intentaron batir todos los récords)
Madrid: Siruela, 2008; 84 pp.; col. Las tres edades; ilust. de Rafael Vivas; ISBN: 978-84-9841-216-1.

Juanito Tot es un chico bajito a quien le gusta batir récords más que ninguna otra cosa en el mundo, y Verónica Flut es una chica muy alta con la misma afición. Ambos llegan a ser finalistas de un gran concurso mundial: batir, en treinta días, algún récord mundial que no posea el gran Klaus Wintermorgen.



En Historia de Nadas el autor usa un narrador oral que cuenta las cosas ordenadamente, presentando primero al pueblo y a los personajes que luego emprenderán el viaje, y usando repeticiones explicativas al modo de un niño que quiere ser claro. Compone así un relato ameno que por momentos es verdaderamente ingenioso: es todo un acierto, por ejemplo, que Nadas tenga una réplica en miniatura en la que todo se repite un día después y en la cual pueden sus habitantes ver cómo pasaron exactamente las cosas. En el argumento hay elementos de cuentos clásicos y, como en ellos, algunos pasos de la historia se resuelven gracias al olvido de uno mismo y a la generosidad con los demás. Pero hay también conexión con el mundo imaginativo y de sentimientos de un niño de ahora, como es el caso de los irrefrenables deseos de jugar al fútbol, de marcar un gol y de celebrarlo luego haciendo el avión por todo el campo, que tiene continuamente una chica llamada Jimena Delalmena.

La alucinante… es también un libro divertido, contado con muchos diálogos, expresiones coloquiales y descripciones excelentes: un día los protagonistas iban «con pensamientos tristes y pensamientos alegres todos mezclados, como una ensaladilla rusa, en la que los pensamientos alegres fueran los guisantes y los tristes la mayonesa». El argumento, el tipo de humor y algunos personajes recuerdan a Charlie y la fábrica de chocolate de Roald DAHL. Pero el narrador no tiene ni la intención ni los acentos sarcásticos de Dahl y prefiere subrayar más lo positivo y las actitudes generosas de los protagonistas, como se ve cuando Verónica le dice a Juanito que «Klaus Wintermorgen está triste en el fondo, porque siempre gana y no disfruta las cosas con los demás, si siempre ganas siempre estás solo, y ganar un premio es muy triste, si no tienes con quién disfrutarlo. Es igual que cuando estás en el colegio y te escondes para comerte tu bocadillo tú solo para que nadie te lo pida. Entonces es como si el bocadillo no estuviera tan bueno y te lo comes rápido y no lo disfrutas lo mismo».

Las ilustraciones son apropiadas al tipo de historias y contrapuntean con acierto los textos.

Otro libro: Arriba el cielo, abajo el suelo, La microguerra de todos los tiempos.


26 septiembre, 2006
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