Las mejores novelas leídas en los últimos meses:
Aviso de muerte. Sophie Hénaff.
La Casa del Álamo. Kazumi Yumoto.
El caso de Betty Kane. Josephine Tey.
El panteón de los malditos. Javier Arcas.
El último caso de Philip Trent. E. C. Bentley.
De noche, bajo el puente de piedra. Leo Perutz.
Con todo, la gran lectura de estos meses fue la trilogía Destellos en el abismo, de Soma Morgenstern, compuesta por El hijo del hijo pródigo, Idilio en el exilio y El testamento del hijo pródigo, a la que dediqué tres notas: los argumentos, panorama y tono y particularidades del mundo judío.
Otros libros de distinto tipo:
Tengo tengo tengo. Los ritmos de la lengua. José Antonio Millán.
Sentimentalismo tóxico. Theodore Dalrymple.
Max Perkins: el editor de libros. A. Scott Berg.
Pero, igual que dije atrás sobre los libros de Morgenstern, mi mejor lectura de no-ficción de los últimos meses ha sido Voces de Chernóbil, de Svetlana Aleksiévich.
Por último, un anuncio: en unos meses, en la misma editorial y colección que Chesterton: un enamorado de la verdad, habrá un libro sobre C. S. Lewis con una estructura parecida.