Un asunto histórico que se relaciona con el comentario de ayer:
El rey Alfredo el Grande llegó al trono cuando la esperanza de un desarrollo pacífico de la cultura estaba destruida y sólo quedaba la relación personal de vasallo y señor como única base para la organización social. Asombrosamente, dice Christopher Dawson, «él sólo, entre los gobernantes de su tiempo, comprendió la importancia vital del desarrollo espiritual y dedicó tanta energía a la recuperación de la tradición cultural cristiana como a la defensa de la existencia nacional». Esto se constata en un documento extraordinario, su prefacio al tratado de san Gregorio sobre el Cuidado Pastoral (Cura Pastoralis), que es «uno de los documentos más notables de la cultura medieval y el primer monumento de la prosa inglesa». En él se describe «cómo la tradición de la Edad de Oro de la cultura cristiana había sido abandonada, quedando sólo el nombre de Cristiandad». Y es que, dice, «sólo amábamos el nombre de cristianos y muy pocas de sus virtudes». Pero, aunque lamenta la destrucción, propone un remedio: «Pues me parece bien verter a la lengua que todos entendemos los libros cuyo conocimiento es necesario para todos los hombres; y conseguiremos, lo cual no es difícil si tenemos paz, que todos los jóvenes libres de Inglaterra, es decir los que tienen la oportunidad de dedicarse a ello, sean obligados a estudiar —aunque no a otra cosa útil— hasta que sepan todos cómo leer un texto inglés. Enseñad después latín a los que quieran aprenderlo y elevarse a un nivel superior». Y empezó una biblioteca de traducciones en los últimos doce años de su reinado, pues Alfredo quería para Inglaterra lo que Carlomagno había hecho para la Cristiandad occidental.
Christopher Dawson. «La segunda “Edad Oscura” y la conversión del Norte», en La religión y el origen de la cultura occidental (Religion and the Rise of the Western Culture, 1950). Madrid: Encuentro, 1995; 228 pp.; col. Ensayos; trad. de Elena Vela; ISBN: 84-7490-374-2. Nueva edición el año 2010; 256 pp.; prólogo de José Andrés Gallego; ISBN: 978-84-9920-026-2.