El coche de bomberos ligeramente defectuoso, un premiado cuento-álbum de principios de los setenta, está firmado por Donald Barthelme, un escritor prestigioso que decidió publicar un relato infantil, se dice que con la colaboración de su hija. La historia tiene lugar en 1887. La protagonista es una niña llamada Mathilda que hace un viaje a lo Alicia o a lo Dorothy conducida por un curioso geniecillo. Las ilustraciones son láminas de 1887 más o menos conectadas con lo que se cuenta.
Es difícil deslindar las razones por los que una historia como esta recibió tantos elogios. Supongo que, aparte de otros motivos, el hecho de que el autor hubiera ganado premios literarios importantes influyó: desde fuera de la LIJ por quienes son tan tontos que piensan un «por fin un autor serio escribe un relato infantil inteligente»; desde dentro de la LIJ por quienes están acomplejados y se sienten honrados porque un autor con vitola de moderno publique también LIJ.
¿Indica talento?: sí, el relato tiene momentos de ingenio y está bien escrito. ¿Hubiera tenido éxito si el escritor no fuera quién era?: no, a nadie normal le hubieran dado la posibilidad de publicar un relato así. ¿Tienen interés los grabados que acompañan la narración? No mucho, la verdad; para niños, cero; para ciertos adultos —no sé, los interesados en grabados decimonónicos, los entusiastas de los experimentos editoriales, supongo que también los que fuman cosas raras, etc.—, algo (pero, con todo, mucho dinero te tiene que sobrar, o muy curioso tienes que ser, para comprar un libro por esos grabados). ¿Puede durar el libro en la consideración de algunos críticos?: sí, es el único lugar en el que puede hacerlo; bueno, y tal vez en tesis doctorales sobre el autor.
Donald Barthelme. El coche de bomberos ligeramente defectuoso o El geniecillo de aquí para allá (The Slightly Irregular Fire Engine or the hithering thithering djinn, 1971). Madrid: Narval, 2012; 32 pp.; trad. de Javier Lago; ISBN: 978-84-939984-2-4.