En un comentario a Gulag ponía que resulta lamentable el espectáculo de occidentales que se sentirían incómodos al pensar en llevar una esvástica, pero no tienen inconvenientes en llevar la hoz y el martillo en la camiseta o en la gorra: «Mientras el símbolo de un asesinato masivo nos llena de horror, el símbolo de otro asesinato masivo nos hace sonreír».
En Historia mínima del siglo XX John Lukacs añade un interesante matiz a esa idea: «En casi todo el mundo (…) las banderas, los colores y los símbolos de los regímenes y partidos nacionalsocialistas de antes de 1945, como por ejemplo la esvástica, están terminantemente prohibidos: como si, tres generaciones y casi setenta años del suicidio de Hitler después, siguiesen resultando tóxicos y peligrosos. En cambio, los símbolos y las insignias comunistas están permitidas en casi todas partes. ¿Es esta, quizá, otra señal de que el comunismo es un ismo del pasado, mientras que el nacionalsocialismo no?»
John Lukacs. Historia mínima del siglo XX (A Short Story of the Twentieth Century, 2013). Madrid: Turner, 2014; 267 pp.; col. Historias mínimas; trad. de José Antonio Montano; ISBN: 978-84-15832-27-0. [Vista del libro en amazon.es]