Después de las consideraciones intelectuales que había hecho en El problema del dolor, C. S. Lewis tuvo oportunidad de hacer un análisis vital cuando lo sufrió en su propia carne, al morir su esposa. De eso trata Una pena en observación, un libro desgarrador y consolador a la vez, un inolvidable testimonio de confianza en Dios, en el que, al enfrentarse a cuestiones que no tienen contestación, Lewis intuye y hace intuir la mirada de Dios, «silenciosa y en realidad no exenta de compasión. Como si Dios moviese la cabeza no a manera de rechazo sino esquivando la cuestión. Como diciendo: “Cállate, hijo, que no entiendes”».
En octubre de 2015 he puesto un comentario más extenso a este libro.
C. S. Lewis. Una pena en observación (A Grief Observed, 1961). Madrid: Anagrama, 2017; 103 pp.; colección Panorama de narrativas; versión de Carmen Martín Gaite; ISBN: 978-8433906533. [Vista del libro en amazon.es]