Cuando uno recibe un libro que acaba de publicar y, todo contento, lo abre, existe un noventa por cien de posibilidades de ver una errata o de descubrir un descuido especialmente molesto. Me ha pasado ya varias veces y he comprobado que a otros también les ha ocurrido lo mismo. Menos mal que una página web permite remediarlo rápido e incluso mejorarlo: aquí está una versión ampliada de la voz de Edgar Allan Poe.
5 julio, 2006