Una idea recurrente de Chesterton es la de saber mirar todas las cosas con sentido de novedad.
Las del pasado:
—«Un arqueólogo es un hombre que estudia cosas antiguas y encuentra que son nuevas». (El hombre que sabía demasiado)
—Para comprender esas «civilizaciones antiguas con extrañas virtudes enterradas como tesoros», no debemos acercarnos a ellas como turistas o como investigadores, sino «con la lealtad de los niños y la gran paciencia de los poetas. Conquistar esos lugares es perderlos. El hombre de pie en su propio huerto, con el mundo de las hadas abierto más allá del portón, es el hombre con ideas grandes. Su mente crea distancia, el automóvil la destruye estúpidamente. Los modernos piensan en la tierra como un globo, como algo a lo que se puede dar la vuelta con facilidad, con el espíritu de una maestra de escuela». (Herejes)
—«Hay en Chaucer, y en toda la civilización que produjo Chaucer, una cualidad que requiere esfuerzos de comprensión para los hombres de civilización más fatigada que aquella. Es algo que los modernos han exaltado principalmente en la niñez, precisamente porque no lo han conservado en la virilidad. Será deleite, será sabor con que se toman las cosas, será cierto apetito por las cosas tales como ellas son, por una piedra porque es piedra, con un cuento porque es cuento. (…) Quiero decir que si hemos de apreciar al poeta o a su época, tenemos que volver a aquello que nos conmovía y nos aguijoneaba cuando veíamos abrir la puerta de una casa de muñecas, o cuando esperábamos con paciente impaciencia el fin de un cuento para sorprendernos ante la admirable Cenicienta». (Chaucer)
Las que nos rodean:
—«Todo tiene un halo. Todo tiene una especie de atmósfera de lo que significa, lo que lo hace sagrado». (El poeta y los lunáticos)
—El romanticismo es más hondo que la realidad pues es consciente de la singularidad de la vida y ve que la vida es siempre una novela: «en el ígneo alfabeto de toda puesta de sol está escrito: “continuará al día siguiente”». (Herejes)
—«Las cosas que los hombres vemos a diario son las cosas que no vemos jamás». («El pesimista y la aldaba», Lectura y locura)
—«Los cínicos hablan a menudo de los efectos decepcionantes de la experiencia; personalmente, sin embargo, he descubierto que casi todas las cosas buenas son aún mejores en la experiencia que en la teoría». («Tener un perro», Lectura y locura)
—Inventos como el telégrafo o el barco de vapor o el telescopio hacen más pequeño el mundo. «Es sólo el microscopio el que lo hace mayor. [Los telescopistas] estudian las cosas grandes y viven en un mundo pequeño; [los microscopistas] estudian las cosas pequeñas y viven en un mundo grande». (Herejes)
Y, siempre, confiar en la propia mirada: «La característica principal del hombre moderno la ha constituido el poder atravesar un paisaje con los ojos absortos en la lectura de su guía, y el poder negar en el primero todo lo que no encontraba en la segunda». (William Cobbett).