En Más allá del escepticismo puse una cita de Chesterton a propósito del doble filo que tienen las medias verdades del escéptico. Pero fueron muchas las ocasiones en que Chesterton habló del escepticismo como una marca propia de su época.
En ocasiones, lo puso en paralelo con el impresionismo: «El impresionismo es escepticismo. Significa creer en las impresiones inmediatas de uno mismo a expensas de las ideas generales más permanentes y positivas de uno mismo. Significa poner lo que se percibe por encima de lo que se conoce. Significa la monstruosa herejía de que ver es creer. Una vaca blanca en un momento determinado bajo la luz de la tarde puede ser dorada por un lado y color violeta por el otro. El fundamento del impresionismo consiste en afirmar que no existe vaca blanca alguna. Y proclamar entonces: “¿De qué cosa podemos hablar, sino de lo que vemos?” Por el contrario, la esencia del misticismo consiste en porfiar en la existencia de una vaca blanca por mucho que la oculten las sombras y que la tiña de oros el ocaso del sol. Bienaventurados aquellos que han visto la vaca violeta y aún siguen creyendo en la blanca. Para el místico (…) la blancura de la vaca es más importante que todo lo demás, exceptuando su esencia vacuna. Si Blake hubiera introducido una vaca en cualquiera de sus cuadros, no habría habido ninguna ambigüedad en ninguno de esos dos elementos. Al igual que no habría habido ninguna ambigüedad en ninguno de los antiguos miniaturistas cristianos». (William Blake)
Años más tarde, al recordar el triunfo del impresionismo en sus años jóvenes, decía que había visto «un significado espiritual en el impresionismo en relación con esta época, como época del escepticismo. Quiero decir que ilustraba el escepticismo en el sentido de subjetivismo. (…) Cualesquiera que sean los méritos de esto, en tanto que método de arte, hay evidentemente algo subjetivo y escéptico en ello como método de pensamiento. Se presta, naturalmente a sugestiones metafísicas, verbigracia: que las cosas sólo existen tal y como las percibimos, o que las cosas no existen en absoluto. La filosofía del impresionismo está necesariamente próxima a la filosofía de la ilusión». (Autobiografía)
En fin, el escéptico, decía, es «una especie de colegial que no ha podido crecer» (El hombre que sabía demasiado); es alguien que «jamás cree estar equivocado, porque el verdadero escéptico no cree que haya nada que sea un error. Es alguien que no deja de hundirse cada vez más en un universo sin fondo» («La ortodoxia de Hamlet», Lectura y locura). A la vez hay que añadir que Chesterton se declaró escéptico del escepticismo y puso bastantes veces al Padre Brown en situaciones donde su escepticismo vital era mucho mayor que el de sus oponentes: «puedo creer en lo imposible, pero no en lo improbable», decía; es «más natural aceptar un relato sobrenatural que se refiera a cosas que no comprendemos, que aceptar un relato natural que se oponga a las cosas que comprendemos»; es más fácil creer algunas leyendas, que dar por buenas ciertas historias «que violan las leyes de un mundo que yo comprendo» («La maldición de la cruz de oro», La incredulidad del Padre Brown).