Los otros lados de las cosas habla de que, si las ficciones infantiles y juveniles siempre han tendido a caer en el sentimentalismo de modo natural, esto es hoy mucho más patente. Niños y jóvenes viven en un mundo repleto de sentimientos enlatados en imágenes y en canciones, y son bombardeados por una industria que, para vender más, les ofrece lo que quieren y no lo que necesitan. En esta situación, que las ficciones ayuden en la educación sentimental de los chicos depende de que los educadores, en su trabajo de hacerles llegar las mejores obras y darles armas para que puedan juzgar las que no tienen calidad, sean conscientes de la seriedad del problema: cuando en su momento no se aprende a poner los sentimientos en su sitio, el corazón acaba ocupando el lugar de la razón y las consecuencias finales pueden ser, y de hecho en muchas ocasiones son, trágicas.
La seriedad del sentimentalismo
5 septiembre, 2007