Christopher Dawson: «La actividad de la mente occidental, la cual se ha manifestado tanto en invenciones científicas y técnicas como en los descubrimientos geográficos, no fue la herencia natural de un tipo biológico particular; fue más bien el resultado de un largo proceso de de educación que cambió gradualmente la orientación del pensamiento humano y amplió las posibilidades de la acción social. El factor vital en este proceso no fue el poder agresivo de conquistadores y capitalistas, sino el ensanchamiento de la capacidad intelectual humana y el desarrollo de nuevas formas de habilidad y genio creativo.
Las otras grandes culturas del mundo llevaron a cabo sus propias síntesis entre religión y vida, y luego mantuvieron inalterado, por siglos y milenios, su propio ordenamiento sagrado. Empero, la civilización occidental ha sido un gran fermento de cambio en el mundo, porque cambiar el mundo ha sido parte de su ideal cultural. Siglos antes de los grandes logros de la ciencia y la tecnología modernas, el hombre de Occidente había concebido la idea de una magna instauratio, de una gran renovación de las ciencias (o sea, de una gran renovación del saber), la cual abriría muchos caminos al entendimiento del hombre y cambiaría la suerte de la raza humana».
Christopher Dawson. «El significado de la cultura occidental» (“Introduction: The Significance of the Western Development”, Religion and the Rise of Western Culture, 1950), Historia de la cultura cristiana. México D.F.: Fondo de Cultura Económica, 1997; 552 pp.; col. Breviarios; compilación, traducción e introducción de Heberto Verduzco Hernández; ISBN: 968-16-4891-9.