«Los localismos tribales degradan el amor por el lugar de nacimiento, porque lo convierten en un tosco fetiche, objeto y culto idólatra y folclore chabacano». Por eso, sigue Claudio Magris, «cultura significa siempre pensar y sentir en grande, tener el sentido de la unidad por encima de las diferencias, darse cuenta de que el amor por el paisaje que se ve desde la ventana de uno está vivo sólo si se abre al contraste con el mundo, si se inserta espontáneamente en una realidad más grande, como la ola en el mar y el árbol en el bosque».
Claudio Magris. Utopía y desencanto – Historias, esperanzas e ilusiones de la modernidad.
30 julio, 2005