Cuando se publicó Ortodoxia, una reseña especialmente jugosa fue la de Wilfrid Ward (1856-1916), biógrafo de John Henry Newman (1801-1890) e hijo de W. G. Ward (1812-1882), un miembro destacado del movimiento de Oxford. En su comentario, Ward hablaba de Chesterton como del sucesor de Newman, en cuanto apologista cristiano, y hacía notar semejanzas entre las formas de razonar de ambos. Con estos antecedentes no sorprende que Maisie Ward (1889-1975), hija de Wilfrid Ward, fuera, bastantes años después, la principal biógrafa de Chesterton. Lo conoció siendo muy joven; se hizo muy amiga de su mujer, Frances; fue la editora de varios libros suyos desde que, junto con su marido, Frank Sheed (1897-1981), puso en marcha Sheed & Ward en 1920. Se relacionaba también con quienes trataron a Chesterton, tanto sus amigos como periodistas, escritores, y editores. Pudo consultar, además, buena parte de su epistolario gracias a la colaboración de Dorothy Collins. Escribió una biografía extensa en 1943 titulada Gilbert Keith Chesterton. Ocho años después, recogiendo comentarios y observaciones de personas que habían conocido a Chesterton, así como más cartas y textos originales suyos, la completaría y rectificaría un poco con un libro titulado Return to Chesterton.
En el primer libro se apoyaba en lo que ya se había escrito sobre Chesterton hasta entonces, en los testimonios de mucha gente que le había conocido, tanto del ámbito público como del privado, así como en multitud de cartas. En particular, puso empeño en probar la falsedad de algunas afirmaciones que había hecho Ada Chesterton en Los Chestertons. Precisamente, uno de los aspectos de más interés del libro de Ward es la figura de Frances, pues Chesterton dependía mucho de ella, cosa que reconocía francamente; por otra parte, si él era poco práctico hasta extremos inimaginables, ella sólo podía llamarse práctica en comparación con él.
Otro aspecto importante es que aclara bien las influencias mutuas entre Chesterton y Belloc. Así, señala cómo Belloc mismo le dijo que la principal cosa que había hecho él por Chesterton, cuando se conocieron, fue abrirle los ojos a la realidad de la vida política: Chesterton era muy ingenuo al respecto; él mismo se describiría más tarde como el que lo conoce todo sobre la política y nada sobre los políticos. Una segunda consecuencia de la relación entre los dos fue que Chesterton aprendió de Belloc la importancia de la propiedad, de la pequeña propiedad, y Belloc de Chesterton el papel de la familia: en esas cuestiones los escritos de Belloc son como textos de sociología y los de Chesterton son documentos de interés humano. Y la tercera fue que Belloc aportó a Chesterton una visión más completa de la historia inglesa y de cómo la situación actual de su país era deudora de acontecimientos trágicos del pasado que buena parte de la historiografía oficial había ocultado y seguía ocultando.
Maisie Ward. Gilbert Keith Chesterton (1943).