La Ardilla Miedosa y La Ardilla Miedosa encuentra un amigo, de Melanie Watt, son álbumes muy divertidos con una protagonista realmente graciosa. En el primero conocemos a Miedosa, una ardilla superprudente: nunca se aleja de su roble y tiene medido todo lo que ha de hacer incluso en caso de que surja un imprevisto. En el segundo sabemos también que no tiene amigos porque prefiere vivir sola a correr el riesgo de tropezar con alguien peligroso que le podría morder.
Relatos que, aunque no tuvieran unas buenas ilustraciones, que las tienen, serían muy eficaces. El narrador despliega bien todas las explicaciones —con gráficos y esquemas y listas— de las previsiones de Miedosa; da ordenadamente todos los motivos y todos los cálculos de la protagonista para obrar tal como ha pensado, y finalmente cómo algo termina cambiando sus planes y ha de reacomodarse a la nueva situación. La secuencia de las ilustraciones es excelente y algunos toques incidentales —como el del ambientador de pino— añaden más buen humor.
Quien lo desee puede verlos también como mini-relatos para combatir agobios y desenmascarar autoengaños, para impulsar los deseos de abrirse a los demás y favorecer la confianza en uno mismo, etcétera.
Melanie Watt. La Ardilla Miedosa (Scaredy Squirrel, 2006) y La Ardilla Miedosa encuentra un amigo (Scaredy Squirrel Makes a Friend, 2007). Madrid: Almadraba, 2010; 40 y 30 pp.; trad. de Alberto Clavería; ISBN: 978-84-9270-245-9.