No había leído antes un comentario como este:
«¿Cuál es la esencia de la obra de Dickens? ¿Por qué es tan grande este novelista que a primera vista es un simple narrador de melodramas? El secreto está en que en su obra ni los malos son tan malos. Más bien hacen de malos, así se lo marca el guión.
Dickens es el Orígenes del mundo moderno. En su obra reconocemos fácilmente a un adepto de la apocatástasis origenista. El lector entiende que en Dickens todos se redimen al final porque todos se van a arrepentir previamente. Todo acabará bien. Lo malo y los malos sólo han sido apariencias pasajeras.
La apocatástasis —el secreto de la obra de Dickens y de su inmenso y sorprendente éxito— no es ortodoxa. La Iglesia la condenó hace mucho. Por su culpa Orígenes no se ha sumado a las filas de los santos. Pero sigue siendo una dulce ilusión de nuestra alma».
Nicolae Steinhardt. El diario de la felicidad (Jurnalul Fericirii, 1991). Salamanca, Sígueme, 2007; 634 pp.; trad. de Viorica Patea, Fernando Sánchez Miret y George Ardeleanu; ISBN: 978-84-301-1658-4.