En Shakespeare’s Spy, de Gary L. Blackwood, además de que se siguen los hilos de las novelas anteriores, The Shakespeare Stealer y Shakespeare´s Scribe, tienen especial importancia tres más. Uno, el del título, es que hay cosas que desaparecen misteriosamente del material de la compañía y las sospechas parecen recaer en Widge, que la deja y ficha enseguida por otra rival. Otro, que se presenta en Londres la descarada Judit, la hija adolescente de Shakespeare (gemela del fallecido Hamnet, a quien Maggie O’Farrell dedicó no hace mucho una gran novela), y Widge presume ante ella de que también él está escribiendo una obra teatral…, cuando no ha empezado ninguna. El tercero es que a Widge le sigue dictando sus obras Shakespeare, que un día le da unos textos que tenía a medias para que haga con ellos lo que quiera. En la nota del autor del final se indica que la obra que Shakespeare pasa a Widge es Timón de Atenas, uno de los dramas en los que se supone que Shakespeare participó pero no escribió por completo. La novela tiene las mismas cualidades que las anteriores: está bien construida, es amena, da información interesante sobre los ambientes que presenta.
Gary L. Blackwood. Shakespeare’s Spy (2003). Puffin Books, 2005; 288 pp.; ISBN: 978-0142403112. [Vista del libro en amazon.es]