Las cualidades innegables de los niños no deben hacernos olvidar que también son seres centrados en sí mismos que, con frecuencia, manejan a los demás para conseguir sus intereses. Este talento manipulador se revela muy bien en el álbum de Mo Willems ¡No dejes que la Paloma conduzca el autobús!, un álbum de ilustraciones minimalistas de los que intentan ser como un espejo de comportamientos infantiles. Y, en otro orden de cosas, un álbum de los que no necesitan ni formato grande ni pastas duras para seguir siendo excelentes y cumplir perfectamente su función: dicho de otro modo, un álbum que sólo merece la pena ser comprado si es barato (creo yo).
6 junio, 2005