Creo que hace años leí un libro de Forrest Carter titulado La estrella de los cheroquis, y ahora lo he vuelto a leer en una edición titulada Montañas como islas. Digo esto porque algunas cosas me han sonado a conocidas pero, sea como sea, es seguro que no tomé notas entonces y que no me gustó tanto como ahora. Y lo digo también porque no sé la razón, en ambos casos, de no conservar en castellano el título original: La educación de Pequeño Árbol, que da más idea de su carácter de novela de aprendizaje. Es un relato con defectos, sí, pero con un gran encanto: se comprende bien su popularidad.
18 marzo, 2010