Según cuenta él mismo, Graham Greene redactó El agente confidencial con rapidez, con deseos de ganar dinero, a la vez que por las tardes escribía con más calma la que sería su mejor novela: El poder y la gloria.
Un profesor de lenguas románicas, llamado D., llega a Inglaterra para conseguir un importante contrato de carbón, del cual podía depender el destino de su país, asolado en ese momento por una guerra civil. Una vez allí le comienzan a pasar cosas extrañas y no se sabe bien quién trabaja para quién. Lo mejor del relato es la forma en que se dibuja el clima de desconfianza en torno al protagonista, sus aires escépticos y su progresiva consciencia de las consecuencias inesperadas y trágicas que tienen sus acciones, incluso sus acciones bondadosas. Con una perspectiva distinta de la que usa Conrad en El agente secreto, aquí Greene pone de manifiesto algunos problemas morales a los que cualquier agente secreto que se precie acabará enfrentándose.
Graham Greene. El agente confidencial (The Confidential Agent, 1939). Madrid: Alianza, 1990; 245 pp.; col. El libro de bolsillo, sección Literatura; trad. de Barbara McShane y Javier Alfaya; ISBN: 84-206-0156-X.