Sancho al escudero del Caballero del Bosque: «…más acertado sería dejar dormir su cólera a cada uno, que no sabe nadie el alma de nadie, y tal suele venir por lana que vuelve trasquilado, y Dios bendijo la paz y maldijo las riñas».
Don Quijote de la Mancha. Capítulo XIV, 2ª parte.
25 febrero, 2005