Escritor inglés. 1903–1986. Nació en Walbottle, Northumberland. Siendo joven tuvo varios trabajos en la industria y en la mina. Después de la primera Guerra Mundial, y durante muchos años, estuvo enrolado en la Marina mercante. Desde 1937 tuvo distintos trabajos y se dedicó a escribir, sobre todo, relatos marineros, con los que ganó premios importantes y alcanzó popularidad.
Sea ChangeLeicester: Knight books, 1969; 191 pp. Agotado.
Cam Renton, 17 años, que había sido aprendiz durante un año en otro barco, embarca en el mercante Langdale, en Liverpool, con destino a Barbados. Cam desea aprender rápido y pretende que le den encargos de responsabilidad. Tansmite sus inquietudes al otro aprendiz, Rusty Roberts, un tipo alegre que no se ha planteado nada semejante. Cam, sin embargo, recurre al primer oficial, que no le hace caso. Con el paso de los días, además, Cam piensa que le mira mal. Poco a poco se da cuenta de que no es así pero, ante un reproche que le hace, se propone hacerle una broma infantil. Un día en que Rusty y él bajan a tierra y acaban en prisión, el capitán Carey, después de liberarle, tiene una conversación ilustrativa con Cam. La novela sigue, paso a paso, la travesía y los trabajos propios del barco y termina cuando, ya de regreso, encuentran un barco abandonado y averiado al que Cam y otros, encabezados por el primer oficial, desean reparar y llevarlo a tierra.
Cold HazardBoston: Houghton Mifflin, 1955; 180 pp.; ilust. de C. Walter Hodges. Agotado.
El Drumlogan, un viejo carguero al mando del capitán Carey (no sé si el mismo de Sea Change), es sorprendido por una gran tormenta en el Atlántico Norte. Cuando al fin la tripulación ha de abandonar el barco, cuatro aprendices y un viejo marinero acaban en uno de los botes salvavidas separados de todos los demás. Logran llegar a un islote peñascoso donde se refugian y se organizan para sobrevivir. Pero los días pasan y no acaban de saber cómo pueden abandonarlo pues es inviable volver a salir en su bote por donde han entrado. A ese problema se añade un conflicto de otro tipo: uno de los chicos, Pibworthy, no puede soportar el liderazgo de otro aprendiz, Jim Naylor.
Novelas realistas de ambiente marinero. Ambas presentan con detalle el ambiente propio de un barco mercante de los años cuarenta y cincuenta, y las dos se centran en dos chicos aprendices. Sea Change pretende mostrar el mundo de trabajo del barco, con abundantes explicaciones bien traídas al hilo de lo que tienen que hacer en cada momento los protagonistas, y Cold Hazard tiene aires de una robinsonada pero es un relato creíble donde todo lo que ocurre tiene lógica. Las narraciones tienen calidad y todo se desarrolla con calma. Los argumentos siguen dos hilos: el de los procesos de maduración de Cam y Jim y el de sus viajes respectivos.
Ninguna de las novelas está disponible ahora en el mercado. Sea Change, que ganó el premio Carnegie, también porque suponía una novedad dentro de la literatura juvenil de la época, es un libro que tiene mucha información de tipo náutico y de tipo técnico que se corresponde con los barcos de aquel momento. Algo parecido hay que decir de Cold Hazard, aunque al centrarse menos en las explicaciones técnicas de la navegación y más en la supervivencia de los protagonistas, es más fácil de leer para muchos. Sea como sea, son dos excelentes narraciones que retratan bien tanto los conflictos interiores de los protagonistas jóvenes como el apoyo que tienen de adultos que son buenos profesionales y personas sensatas.
17 octubre, 2013
