Pueblo de Rin, ambiente paramedieval. Cuatro tipos de gente: los habitantes de Rin, descendientes de antiguos esclavos de los Zebak; los Zebak, gente violenta que vive más allá del mar; los Maris, gente que vive en las tierras costeras, fronterizas con Rin, y que necesitan el agua imperiosamente; los Viajeros, comerciantes y cómicos que van de un lugar a otro. El protagonista es Rowan, un chico asustadizo de doce años cuya ocupación es ser pastor de los bukshah, unas bestias chepudas y lanudas, pues tiene un don para cuidar y curar los animales. Al comienzo, su madre, Jiller, es viuda. Tiene una hermana pequeña, Annad. Todos los relatos tienen un esquema semejante: un peligro al comienzo; una visita de Rowan a la impertinente y arisca Bruja Sheba que le dice unos versos proféticos misteriosos y, a veces, le da un objeto o amuleto que le orientará en los momentos difíciles; una expedición con algunos compañeros que, cada uno en su momento y de acuerdo con sus habilidades, cumplirá un papel importante hasta que, al final, será Rowan quien habrá de hacer frente a la última dificultad. Cada libro se desarrolla en un escenario diferente.

El río de Rin se seca. Los seis habitantes más fuertes de Rin han de subir a la Montaña para ver qué ocurre. Pero sólo pueden hacerlo con Rowan pues él es el único que puede leer el mapa que les ha dado la vieja Sheba.

Seis meses después del relato anterior. Los Viajeros vuelven a las afueras de Rin sospechosamente pronto. En Rin piensan que desean hacerse con su asombrosa cosecha de unos frutos que trajeron de la expedición a la montaña y les prohíben la entrada en el pueblo. Entonces, los Viajeros se marchan y todos en Rin empiezan a quedarse dormidos. Rowan, el único que no sufre del mismo mal, debido a que tiene una enfermedad habitual que combate tomando una poción de margaritas, tiene que recomponer las cosas, hablar con los Viajeros y, junto con dos de ellos, emprender una expedición al misterioso Abismo de Unrin.

Rowan y su madre han de acudir a Maris pues, según la tradición, el nuevo Guardián del Cristal de aquella ciudad, ha de ser designado por un habitante de Rin que, precisamente, debe ser Jiller, la madre de Rowan. Ya en Maris, cuando su madre está a punto de morir envenenada, Rowan decide no sustituirla, como la tradición le pide, hasta que no consiga encontrar el antídoto para curarla. Para eso emprende otro viaje difícil, junto con los tres candidatos al puesto de Guardián.

Cuando tiene lugar la boda de Jiller con Jonn, Rowan tiene un mal presentimiento que no quiere compartir para no estropear el momento. Pero entonces aparece un grach, una especie de dragón, de los Zebak, que secuestra a Annad. Rowan ha de ir entonces a la tierra de los Zebak, con nuevos compañeros y la orientación que le ofrece la profecía de Sheba, para intentar rescatarla.

Un invierno durísimo obliga a los habitantes de Rin a marcharse a Maris. Sólo se quedan unos pocos mientras Rowan, de nuevo apoyado en una profecía de Sheba, debe volver a subir a la Montaña, siguiendo el rastro de los bukshah, con otros compañeros.