Toribio pide siempre cosas pequeñas a un sombrero mágico que concede deseos. Cada día de la semana hay alguna persona, de las que se relacionan con él, que le llama tonto y le dice que pida monedas de oro, joyas, un coche nuevo, una casa con piscina… «Eso puedo hacerlo cuando quiera», responde Toribio…

Los habitantes de Dormilandia están orgullosos de lo bien que duermen sus reyes. Pero la pequeña princesa Dormilina tiene frecuentes malos sueños y se pasa muchas horas en vela. El rey decide salir por el mundo a buscar el remedio. Después de muchos intentos encuentra por fin a un duende luminoso con una cabeza de pinchos, que resulta un «erizo de los sueños», Tragasueños, que se alimenta de las pesadillas.

Personaje humano, que nace de un huevo que se abre en la primera doble página. Al salir, dice: «¿a ver si me caigo del libro? Necesito un suelo en que apoyarme. ¡Así!» Y le vemos pintar una línea. En la siguiente doble página pinta el paisaje, con una pluma primero y un spray grande después. Recorre el mundo, se echa a dormir, encuentra un león, se va con él a liberar a una princesa en un castillo con siete búhos, consigue las llaves que tienen los búhos, entra en el castillo, libera a la princesa, le propone casarse con él pero cuando la princesa arruga la nariz porque no tiene ningún castllo, por lo que Fídibus dice que tanto le da, que además prefería seguir soltero, así que devuelve a la princesa a su padre y él sigue su camino con el león…