VACCARO SEEGER, Laura

VACCARO SEEGER, LauraAutores
 

Ilustradora norteamericana. 1958-. Nació en Nueva York. Se graduó en Bellas Artes. Trabajó en animación, fue diseñadora y editora en programas de television. Es autora de varios premiados álbumes para prelectores.


Los limones no son rojos
Barcelona: Océano Travesía, 2010; 27 pp.; ISBN: 978-84-494-4189-9.

Comienza con una doble página en amarillo: en la página izquierda se lee «Los limones no son rojos» y en la derecha se ve troquelada la forma de un limón sobre un fondo rojo; luego, al pasar la página se ve la misma forma pero sobre el amarillo de la página anterior y se indica que «los limones son amarillos» y en la derecha se ve una manzana roja y se dice que «las manzanas son rojas». El mismo proceso se repite con zanahorias y berenjenas, flamencos y elefantes, etc.


¿Negro? ¡Blanco! ¿Día? ¡Noche!: el libro de los opuestos
Barcelona: Océano, 2011; 20 pp., cada una con un desplegable; ISBN: 978-84-494-4190-5.

En cada página hay una ventana donde se ve algo que refleja lo que se indica en la primera palabra —estrecho, afuera, suma, etc.—, y luego se puede desplegar en vertical la hoja para ver un dibujo que presenta justo lo contrario —ancho, adentro, resta, etc.—.


¿Qué pasaría si…?
Barcelona: Océano travesía, 2012; 40 pp.; ISBN-13: 978-6074004496.

Un niño golpea una pelota en la playa hacia el mar y allí dos focas, o leones marinos, empiezan a jugar con ella. Entonces aparece una tercera foca, parece que buscando un amigo, y, a partir de ahí, el relato presenta distintas posibilidades de actuación de los personajes.



Interesantes álbumes conceptuales y de conocimientos que se adaptan bien a las posibilidades de comprensión del lector pequeño, al que atraen por su colorido y por los juegos de descubrimiento que plantean. Son también muy apropiados para la lectura compartida porque abren espacio a la reflexión y a los comentarios. Están confeccionados con tanta sencillez como habilidad: los dibujos son claros, los colores son contundentes, y cumplen bien su función de ampliar vocabulario, de ayudar a observar mejor lo que nos rodea, y de facilitar el conocimiento propio y el de los demás. El primero hace poner más atención a los colores; el segundo habla de que las cosas no son lo que parecen; el tercero, sobre como puede brotar o no la amistad, propone al lector que se ponga en el lugar de otro para mostrarle que las cosas son diferentes según cuáles sean nuestras elecciones.


19 noviembre, 2012
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