MOURE TRENOR, Gonzalo

MOURE TRENOR, GonzaloAutores
 

Escritor español. 1951-. Nació en Valencia. Estudió Ciencias Políticas. Periodista durante 16 años. Autor de numerosas novelas infantiles y juveniles.


Lili, libertad
Madrid: SM, 1996; 109 pp.; col. El Barco de Vapor; ISBN: 84-348-5066-4.

La madre de Lili, muy agobiada, no hace mucho caso a su hija. Ella no le cuenta sus preocupaciones y deseos y, el día en que todos van disfrazados a clase, ella va vestida normal. Eso provoca burlas entre sus compañeros y un castigo del profesor. Al volver cuenta lo sucedido a su madre y ella le prepara un vestido de bailarina para que lo lleve puesto el martes de carnaval. Pero entonces es la única que va disfrazada y, de nuevo, burlas y castigo. En vista de lo cual decide volver al día siguiente también vestida de bailarina…


El síndrome de Mozart
Madrid: SM, 2003; 206 pp.; col. Gran angular; ISBN: 84-348-9498-X.

Irene, joven y sobresaliente violinista, pasa un mes en Cansares, un pueblo asturiano, junto con sus padres. Enseguida se da cuenta de que todo ha sido preparado por su padre, neurólogo, para que contacte de modo natural con Tomi, un chico aparentemente retrasado del que se sospecha que puede tener el síndrome de Williams, el mismo de Mozart. La narración, que avanza en tramos alternos, unos contados en tercera persona y otros por la misma Irene, va presentando sucesos anteriores y el entramado de relaciones que pesan en la historia: distancia entre Irene y sus padres, su enamoramiento de un chico ucraniano llamado Yárchik, su amistad-rechazo hacia su amiga Tesa.



Lili, libertad es una novelita lograda tanto en sus aspectos formales como en el mensaje de fondo. Se alternan los pasajes de la narración principal con el diálogo del escritor con una directora de un colegio de pueblo, que es quien le cuenta la historia. Los personajes «culpables» están bien matizados: la madre de Lili es una mujer que quiere de verdad a su hija, pero como ausente a consecuencia de su reciente separación y de tener que ponerse al día en su vida profesional; el profesor que la castiga también es un hombre desbordado y vencido por la vida, que finalmente tiene la valentía de atreverse a «parecer un cobarde» ante sus alumnos. También se reflejan con acierto tanto la crueldad de las burlas entre niños, como la solidaridad que puede florecer entre ellos. El resultado final es una narración que conmueve.

El modo de contar El síndrome de Mozart es sofisticado y, por momentos, se plantea la duda de si no hubiera sido mejor una narración lineal y sólo en primera o en tercera persona. A primera vista los saltos entre las dos voces narrativas no parecen justificados e Irene usa expresiones muy literarias, tal vez impropias. Sea como sea, tal artificiosidad enseguida se olvida pues, con los recursos elegidos, el autor perfila bien la personalidad de Irene y los modos de ser de Yárchik y Tesa, y da unas explicaciones musicales claras. Además, mete dentro de la mente de Irene, hace compartir sus dudas y su tensión ante cuál será el desenlace. El lector termina con la conciencia de haber leído una historia original, contada con altura, que presenta personajes juveniles reales aunque con infrecuentes ambiciones intelectuales y artísticas. En particular, no tienen desperdicio muchos comentarios de Yárchik: cómo muchos jóvenes españoles que va conociendo parecen cerdos y jabalíes, cómo hay tantas personas que «necesitan la belleza, pero la confunden con lo bonito»…

Otros libros: El arenque rojo, álbum ilustrado por Alicia Varela; Mi Lazarilla, Mi Capitán, álbum ilustrado por María Girón.


24 marzo, 2011
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