PAZ, Marcela

PAZ, MarcelaAutores
 

Seudónimo de la escritora chilena Ester Huneeus. 1904-1985. Nació y falleció en Santiago de Chile. Primera escritora latinoamericana premiada por el IBBY. Premio Nacional de Literatura de su país en 1982.


Papelucho
Santiago de Chile: Editorial Universitaria, 1990, 60ª ed.; 1967; 111 pp.; ilust. de Yola; ISBN: 956-11-0311-6.
Las andanzas de Papelucho recorren doce libros, desde 1947 hasta 1973: Papelucho, Papelucho casi huérfano; Papelucho historiador; Papelucho detective; Papelucho en la clínica; Papelucho perdido; Mi hermana Ji, por Papelucho; Papelucho misionero; Papelucho y el marciano; Mi hermano hippie, por Papelucho; Papelucho en vacaciones; ¿Soy dixleso?, por Papelucho; Santiago de Chile: Editorial Universitaria; en España circularon en los años setenta editados por Pomaire.

El primer libro es el Diario de Papelucho, un chico de ocho años de una familia chilena acomodada, que afirma que redacta su diario para que, cuando muera, la gente le conozca por dentro. Este primer libro abarca desde enero hasta mayo: incidencias ordinarias, salida de toda la familia para veranear en Viña del Mar, regreso al internado, rotura de una pierna… A través de su narración vamos conociendo a sus padres, sus hermanos, las empleadas de su casa, compañeros… Entre otras cosas, el lector asiste a su empeño por adiestrar moscas mensajeras, y escucha sus opiniones: «Me revientan los días de fiesta porque ya son; prefiero el día antes porque entonces es “mañana” el día de fiesta».



Inspirado en el propio hijo de Marcela Paz, Papelucho es un personaje anterior y quizá superior al PEQUEÑO NICOLÁS de GOSCINNY en frescura y gracia. Aunque los ambientes y el estilo educativo resulten más lejanos, y puedan chocar algunas particularidades del lenguaje de argot local —«macanudo», «bochinche», «chancho»…—, otras expresiones coloquiales (tomadas de distintas entregas de la serie) resultan tan vigorosas como divertidas: tenía «una pinta harto inflamable», «para colmo la mamá se puso rotundamente antigua», «pensé a chorro», «frené en seco y quedé paralelo»…

Original y penetrante, la autora capta con talento el interior de un niño en el que conviven y pelean las inclinaciones a la generosidad y al capricho. Papelucho quiere portarse bien pero, piensa, «es una lástima que sea pecado ser ladrón, porque es la única manera de ganar plata y, además, no aburrirse». Se ve a sí mismo con benevolencia: «Yo no me creo santo porque los santos nunca se creen que lo son». Mantiene a raya sus buenos deseos: «Yo sé que tengo buen corazón, pero no me gusta pensar en que soy bueno, porque me da por ser mejor y se me quitan las ganas de hacer lo que tengo ganas y me da por regalar mis cosas». Reacciona con irritación ante los castigos: «Cuando mi mamá me castiga […] casi me dan ganas de ser huérfano. Otras veces me dan ganas de haberme muerto para que aprendan a ser justos».

Pirata en el verano y aventurero en el invierno

Los arranques del diario o de los capítulos de los libros de Papelucho enganchan inmediatamente al lector. Algunos ejemplos:

«Mi papá dice que él, a la edad de nosotros, nunca se aburría, pero yo creo que le voy a decir lo mismo a mis hijos» (Enero, 15, Papelucho).

«El libro que me trajo mi mamá es bastante estupendo y trata de aventuras en la selva. Es una lástima que los piratas no vivan en la selva, pero de todos modos yo puedo ser pirata en el verano y aventurero en el invierno» (Abril, 27, Papelucho).

«Hoy es el día del trabajo, pero no se trabaja» (Mayo, 1, Papelucho).

«Este es mi diario secreto y se prohíbe leerlo» (Capítulo I, Papelucho y el marciano).

«La gente es muy distinta de lo que uno aprende en la Historia Sagrada. Siendo que yo era un hijo completamente pródigo, no hicieron ninguna fiesta para recibirme y me trataron igual que si nada hubiera pasado» (Capítulo VI, Papelucho y el marciano).

«Resulta terrible tener que poner atención en clase cuando uno tiene dentro una idea GENIAL» (Capítulo VIII, Papelucho y el marciano).

«Para saber lo que hacen los desaparecidos es lógico tratar de desaparecer» (Capítulo II, Papelucho y mi hermano hippie).

«Esta mañana amaneció domingo y sin programa» (Capítulo XIX, Papelucho y mi hermano hippie).


10 noviembre, 2010
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